Hay escasez de estudios responsables de cómo satisfacer el
aumento progresivo de la demanda de parte de los ecoturistas. En vez de
planificar a corto y a mediano plazos, se reacciona ( y a menudo se improvisa)
cuando hay crisis o ciertas catástrofes (hasta la próxima crisis).
Poco se usa la experiencia y las publicaciones de otros
países. Un ejemplo es la amplia producción de materiales diversos de la
Sociedad Mundial de Ecoturismo, incluye textos en español.
Existen limitaciones presupuestarias para planificar,
promover, ejecutar y control el ecoturismo, en especial en el aspecto hotelero.
Hay un movimiento reciente para calificar y certificar hoteles, por su
demostrada sensibilidad ambiental, pero falta evaluar los resultados y su
impacto real en la práctica.
Son insuficientes los centros educativos y de educación de
alta calidad que cuenten con la documentación idónea para formar profesionales
e investigadores en ecoturismo a diferentes niveles y con varias
especializaciones. Incluso las relaciones con las poblaciones aledañas cuyo
conocimiento bilógico, cultural y artístico, histórico y aún culinario pocas
veces se aprovecha.
Faltan evaluaciones y otras estadísticas objetivas y
detalladas sobre el impacto del ecoturismo, como base para mejorar o cambiar el
rumbo e impulso de iniciativas para promover un ecoturismo más responsable y
sostenible.
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